La naturaleza ante el espejo
© Ros Ribas |
“Bye, bye, Blackbird, bye, bye, no one
here can love and understand me, oh, what hard luck stories they all hand me”.
La maravillosa canción compuesta por Ray Henderson con letra de Mort Dixon en
1926 y que Gene Austin convirtió en todo un clásico, se funde en mi memoria
junto al delicado “Blackbird singing in the dead of night, take these broken
wings and learn to fly” escrita por Paul McCartney allá por 1968 para el
ecléctico “White album” de The Beatles. En ambas, Blackbird busca liberarse del
sufrimiento. Ahora, el “Blackbird” de David Harrower llega dirigido por Lluís
Pasqual e interpretado por Jordi Bosch y Bea Segura. El pasado pasa cuentas
elaborando preguntas que nos pueden hacer sentir muy incómodos al ir vinculadas
a un abuso sexual. El sexo y nuestra
visión del mismo, tan teñida por cuestiones culturales, lleva los impulsos por
terrenos de nadie, escondidos, negados en muchas ocasiones, arrastrándose en la
contradicción entre la naturaleza y la moralidad, a veces para bien y otras
conduciéndonos al irremediable abismo. Una obra que el dramaturgo escocés
escribió en 2005 por encargo del Festival de Edimburgo en el que fue estrenada
bajo la dirección de Peter Stein. Una chica de 27 años quiere entender la relación
que mantuvo a los 12 con Ray, entonces de 40 años, y por la cual éste fue
arrestado y encarcelado. Ella estaba enamorada y creyó que él también lo
estaba. ¿Es esto posible? ¿Es esto admisible?…
BLACKBIRD | Trailer aquí
Texto de Juan Carlos Romero
Blackbird escrita por David Harrower
Dirigida por Lluís Pasqual
Foto de Ros Ribas
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