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ALINA SZAPOCZNIKOW

Una parte del todo


Alina Szapocznikow .The artist at home in Malakoff Paris  1967




Desde el small dessert de la vida diaria se puede obtener todo el misterio de la existencia. Ahora recuerdo la canción The inner light compuesta por George Harrison en 1968 y publicada como el lado B del single Lady Madonna de The Beatles. Su letra fue tomada casi en su totalidad del capítulo 47 del libro taoísta Dao de Jing: "Without stirring abroad one can know the whole world. Without looking out of the window one can see the way of heaven." Bajo el título Sculpture undone, 1955-1972 el MoMA neoyorquino ha organizado una retrospectiva dedicada a la escultora polaca Alina Szapocznikow escogiendo su obra Small dessert I como la portada del catálogo de la exposición. Se podría decir que es una muy buena imagen para describir su trayectoria artística: pequeña, porque fue corta en el tiempo, y postre pues su trabajo fue muy intenso y creativo.


Alina Szapocznikow nació en una familia judía en Kalisz, Polonia, en 1926, por lo que creció en un país ocupado por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, siendo encerrada en guetos, donde su padre murió en 1938, y más tarde prisionera en campos de concentración nazis. Después de la guerra, comenzó su formación como escultora en el taller de Otokar Velimski y en 1947 en la Escuela de Arte Industrial bajo la tutela de Josef Wagner en Praga. Sus primeros trabajos fueron desarrollados en un estilo figurativo clásico en bronce y piedra. Asistió al atelier del escultor francés Paul Niclausse de la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts de París, donde recibió la influencia del arte de Henry Moore y Giacometti, entre otros. Con los años, Alina Szapocznikow dio un giro a su creatividad para explorar el surrealismo y el pop art con su propio cuerpo y su envejecimiento como actores principales de sus esculturas.


Debido a su prematura muerte en 1973, su carrera abarca sólo diecisiete años, pero su diversidad de materiales y formatos es increíblemente rica. Sus esculturas incluyen prendas de vestir, piezas de automóviles, fotografías y moldes de poliéster de partes del cuerpo que se convierten en objetos cotidianos como lámparas. La reflexión obvia es nuestro cuerpo visto como un objeto utilizado para nuestro propio placer o incluso como un producto comercial. Pero hay una lectura más profunda de la obra de Alina Szapocznikow que expresa el arte como parte del artista ofrecida al espectador como un producto: lo que el espectador ve como una lámpara es una parte de mí a la venta. Se trata de una crítica feroz al mercado del arte que resulta muy actual, probablemente más que nunca.


La exposición Alina Szapocznikow: Sculpture Undone, 1955-1972 en el MoMA es una visión de conjunto de la obra de una artista que transformó la escultura en algo lúdico y profundamente reflexivo al mismo tiempo lo cual ni es fácil ni frecuente.




Alina Szapocznikow: Sculpture Undone, 1955–1972 exposición aquí


Texto de Juan Carlos Romero
Foto cortesía del Museum of Modern Arts of New York, MoMA
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JULIO LE PARC

Modular contrastes en el ruido superficial


Julio Le Parc et Jean de Loisy. Vernissage lundi 25 février © Photo : Didier Plowy





La obra de Julio Le Parc se presenta estos días en el Palais de Tokyo de París con una selección de trabajos de gran formato e instalaciones que van desde la década de 1950 hasta la actualidad. El artista nació en Mendoza, Argentina, en 1928, fue miembro fundador del GRAV (Grupo de Investigación de Arte Visual), ganador del Gran Premio de Pintura de la 33a Bienal de Venecia en 1966, describe su creación artística como una forma de búsqueda en conjunto con el público. "En términos generales, he intentado, a través de mis experimentos, obtener otro tipo de comportamiento del espectador [...] para buscar, junto con el público, diversas manera de combatir la pasividad, dependencia o condicionamiento ideológico, al desarrollar capacidades reflexivas, comparativas, analíticas, creativas o activas"1. Su obra proviene de la reflexión como la única manera de explorar fuera de las efímeras tendencias creativas que en su opinión son generalmente creadas por intereses comerciales. Su reflexión camina a lo largo de todo el espectro visual en busca de espacios para preguntarse sobre los límites donde nacen los contrastes. Y ninguno de los espacios que encuentra o crea está terminado sin las experiencias del público. Como dijo en la declaración del grupo N.E.A.N.T. (Nada) en 1964: "Este grupo es ilimitado. Englobará a todo el mundo... Las cosas no se harán. No hay programa y pertenece a todo el mundo. "2

En obras como las de la serie Continuales-Móviles Julio Le Parc experimenta con cajas de luz con el fin de expresar la diversidad de puntos de vista frente a la misma situación. Dependiendo del observador, la situación siempre se vive de una manera diferente. Aún más, dependiendo de las circunstancias actuales del observador, la situación se experimenta de una manera diferente. Esta diversidad se expresa jugando con la intensidad de la luz sobre diferentes formas para convertirlas en formas completamente nuevas. En los experimentos titulados Desplazamientos las imágenes están vinculadas al caminar del espectador como vía de acceso a acelerar los cambios en la obra. De modo que el espectador es una parte principal de una obra artística que se hace en cada nuevo punto de vista como en un proceso de alquimia. De hecho, uno de sus primeros experimentos se llama Alquimias, realizados en Buenos Aires en 1957. “Indiferente a las presiones de las diferentes corrientes artísticas, tratando en lo posible de preservar mi libertad de creación arriesgándome a contradecirme, arriesgándome también a indisponer a quienes una falta de "estilo" puede molestar. Así estas "Alquimias" forman parte, sin ninguna reserva, de la aventura que vivo a través del conjunto de mi trabajo como artista experimental."3 Julio Le Parc es definitivamente un experimentador de la vida, un creador de nuevas libertades.




JULIO LE PARC | EXPOSICIÓN aquí  VÍDEOS aquí PRONTO DISPONIBLES


Texto de Juan Carlos Romero
Julio Le Parc website www.julioleparc.org
Referencia 1 cortesía del Palais de Tokyo Paris
Referencies 2 y 3 cortesía de Julio Le Parc website
Foto de Didier Plowy. © Photo : Didier Plowy
Cortesía del Palais de Tokyo Paris
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SOPHEAP PICH

Viceversa en los sólidos etéreos



Buddha 2 by Sopheap Pich, 2009, Rattan, wire, dye
Dimensions: H. 100 in. (254 cm); W. 29 in. (73.7 cm); D. 9 in. (22.9 cm)
Purchase, Friends of Asian Art Gifts, 2012. Accession Number: 2012.349
© Sopheap Pich




El escultor es un artista de dimensiones. No sólo de las dimensiones espaciales, aunque sea probablemente la visión más obvia, sino también de la temporal. El artista contemporáneo Sopheap Pich es un muy buen ejemplo de ello y así lo podemos ver en su última exposición Cambodian rattan en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Nacido en Battambang, Camboya, en 1971, crea nuevas formas a partir de la cultura ancestral de su país. Su obra Morning Glory es una prueba notable de cómo las tradiciones y la historia pueden ser una manera de explorar nuestro propio punto de vista de la existencia y finalmente convertirlo en origen de algo nuevo. Su explicación de esa obra en particular nos da una imagen clara de su proceso creativo: "Durante el régimen de Pol Pot en la década de 1970, la más importante fuente de alimento para la población, con excepción del arroz, era el aguinaldo (morning glory). Debido a que es la planta que allí crece más fácilmente, se convirtió en el vehículo de casi todas las comidas. Los camboyanos comieron mucho aguinaldo y me sorprende que todavía nos lo comamos hoy en día. Creo que debe ser uno de los más bajos elementos de la cadena alimenticia, la flor de la campanilla no tiene casi ningún valor nutritivo. También muere muy rápidamente después de ser recogida. Tiene una forma hermosa, la forma del icónico fonógrafo RCA. Mi idea era simple: hacer un retrato gigantesco de la planta de aguinaldo con las flores en forma de campanillo o fonógrafo como la mejor manera de conmemorar su importancia para mí. Pero hacerlo en esta escala era un riesgo: pasamos casi seis meses haciendo un trabajo cuyo resultado final desconocíamos, ni si tendría algún valor como objeto de arte "1 A partir del dolor sufrido por los camboyanos durante la dictadura de Pol Pot, él se centra en la belleza de la forma de la flor de campanilla y crea algo nuevo gracias a su trabajo con el mimbre: una flor eterna hecha de mimbre, bambú, alambre, madera contrachapada y acero. Observándola, la flor parece estar viva, se puede sentir una especie de movimiento, así como el tiempo y el espacio en su danza a través del universo. Es fluida y rígida, efímera y eterna, al mismo tiempo, en el mismo espacio.

Las obras tituladas The fields of Ratanakiri llegaron tras sus viajes por una de las tierras con mayor diversidad biológica en Camboya. "Así que mis ayudantes y yo hicimos diferentes tamaños de estructuras en malla sin saber qué hacer con ellas. Mientras tanto, yo había estado recogiendo polvos de diferentes colores y guijarros de diferentes partes de Camboya durante mis viajes. No sé qué importancia tuvo pero para mí siempre he pensado que la naturaleza es mucho más interesante que la política y la cultura. Quería llenar mi mente con lo que mis ojos ven y qué opción resultaría de ello. Yo también había recogido diferentes ceras de abejas a través de los años... Era sólo cuestión de tiempo antes de que algunos de estos materiales encontraran su camino en las obras."2 El resultado son dos obras muy intensas que transmiten la sensación de una tierra dura en el que la supervivencia es un concepto que está muy lejos de nuestras preocupaciones occidentales, una lucha contra y con la naturaleza que él representa en bambú, mimbre, alambre, arpillera, cera de abejas, damar, pigmento de tierra, carbón, plástico y pintura al óleo, un retrato de la estructura interna de la vida y de la obra de Sopheap Pich en sí misma en la que la abstracción es sólo un punto de vista de la realidad.


SOPHEAD PICH | CAMBODIAN RATTAN. Exposición aquí


Texto de Juan Carlos Romero
Budha 2 escultura de Sophead Pich. © Sopheap Pich
Imagen cortesía de The Metropolitan Museum of Art of New York
Referencies 1 y 2 son descripciones de Sophead Pich
Cortesía de The Metropolitan Museum of Art of New York
Traducción de las descripciones per Juan Carlos Romero
Todos los derechos reservados

LAURENT PELLY

Un ojo verde entre muros azules


© Premsa Gran Teatre del Liceu

Les contes d'Hoffman de Jacques Offenbach




Maravilloso. Delicioso. Les contes d’Hoffmann de Jacques Offenbach fue estrenada en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona bajo la dirección escénica de Laurent Pelly y la musical de Stéphane Denève con escenografía de Chantal Thomas, creadora de una estructura de muros y escaleras de forma cambiante y de un azul maravilloso donde resaltar cada una de las escenas de la ópera fantástica compuesta por Jacques Offenbach con libreto original de Jules Barbier basado en el cuento escrito por el mismo Jules Barbier junto a Michel Carré y estrenada el 10 de febrero de 1881 en la Opéra Comique de París.. Y la fantasía se hizo realidad, incluso en la platea y cada uno de los palcos.

Todo empieza con la musa de la poesía, enamorada de Hoffmann y al que da toda la inspiración, apareciendo en una taberna de Nuremberg con la apariencia del estudiante Nicklausse. Intenta convencer a Hoffmann de que olvide su amor por la cantante Stella.  Hoffmann, ebrio,  narra a sus acompañantes tres fábulas sobre tres malogrados amores: Olympia, Antonia y Giulietta, las cuales encarnan su amor por Stella. Así se desarrolla esta ópera fantasiosa que Offenbach no pudo acabar del todo antes de morir, por lo que nunca ha mantenido una estructura fija. Al final, Hoffmann acaba de nuevo rendido a la poesía y su musa.

Olympia está magníficamente interpretada por Kathleen Kim. El aplauso fue genérico y entusiasta tras “Les oiseaux dans la charmille", no siendo Hoffmann el único que rindió su amor por la finalmente descubierta autómata Olympia, ante el horror y la burla cruel de la muchedumbre. Antonia tiene el don de una voz única y la desgracia de una enfermedad que de cantar le traería la muerte. La estremecedora "Elle a fui, la tourterelle" fue tan sólo una muestra de la delicia que supuso escuchar a Natalie Dessay, que finalmente se deja tentar por el diablo y canta. La puesta escena de Chantal Thomas nos remite durante este acto al mejor cine del expresionismo alemán, tal como si el Doctor Caligari o Nosferatu danzaran las delicias de Offenbach. Finalmente, Giuletta es una cortesana que roba los reflejos de las personas, perdiendo así su alma. Tatiana Pavlovskaya interpreta así uno de los momentos más esperados y especiales de la noche, la barcarola “Belle nuit, ô nuit d'amour”. Y con ella todos nuestros sueños emergen libres, satisfechos de rebosar felicidad al beber de las fuentes del placer lírico y visual.


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Texto de Juan Carlos Romero
Foto cortesía del Gran Teatre del Liceu. © Premsa Gran Teatre del Liceu
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RON SEXSMITH

Un corazón de ninguna parte







La histórica colaboración de Paul McCartney y Elvis Costello a finales de los ochenta dio una docena de temazos repartidos entre los álbumes “Flowers in the dirt” y “Off the ground” de McCartney y “Spike” y “Mighty like a rose” de Costello. El dúo alumbró maravillas como “My brave face”, “Veronica”, “So like candy” o “That day is done”. Evidentemente, esto fue así gracias a una fuerte comunión en sus gustos, por lo que no nos ha de extrañar que a finales de los noventa ambos se erigieran como principales padrinos del cantautor canadiense Ron Sexsmith, más aún tras la publicación del magnífico “Blue boy” en 2001. Aún recuerdo cómo, bajo la sombra del Baobab que dio hermoso cobijo a la obra de escritores y músicos en la programación del Canal 33 hace ya unos cuantos años, escuché su delicada “Just my heart talkin’”. Y desde entonces, disco tras disco, ha ido enhebrando versos con el hilo de su voz hasta el actual “Forever Endeavour”, fuertemente influenciado por los problemas de salud sufridos durante su grabación. Empezar con “Nowhere to go” y acabar en “The morning light” es siempre un hermoso viaje cuando te acompaña uno de los mejores talentos melódicos de los últimos años. Tan sólo con detenerse en el paisaje lírico de la canción “Blind eye” con versos tan certeros como “We could lose a lot of sleep if we weren’t so numb“, sobran los motivos para escuchar, pensar y luego ir un poco más allá en el anodino devenir diario.


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Texto de Juan Carlos Romero 
Ron Sexsmith website www.ronsexsmith.com
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