La memoria del agua
RUSALKA de Antonín
Dvorák / Versión de Stefan Herheim
Tras
la Revolución Francesa el concepto nación empezó a substituir a la monarquía absolutista
como definición de estado. Así, y en parte gracias a las guerras Napoleónicas
en las que fueron los diferentes pueblos de Europa los que más resistencia
ofrecieron ante la mayoritaria ineptitud de sus monarcas, el concepto empezó a
cuajar en el sentimiento de comunidad de la población. Dentro del Imperio
Austríaco, más tarde Austro-Húngaro, estos sentimientos no hacían más que
recoger las enormes diferencias culturales dentro de todo aquél conglomerado
estatal. El compositor Antonín Dvorák, nacido en Praga en 1841, integrante
entonces de este imperio, no fue ajeno a estas corrientes cuyas luchas han
perdurado hasta nuestros días, siendo Chequia independiente tan sólo desde 1993
por decisión parlamentaria de la entonces Checoslovaquia.
Ya en
1873, Dvorák se hizo popular por su “Himno
patriótico” lo cual no fue más que el inicio de su carrera como compositor
que lo llevó a Inglaterra y Estados Unidos, donde compuso la conocida como “Sinfonía del nuevo mundo” con
influencias de los cantos espirituales negros y los ritmos espirituales
aborígenes. La obra que nos ocupa, “Rusalka”, fue estrenada
en 1901, poco antes de morir y ya de nuevo en su Praga natal. La obra tuvo un
enorme éxito, llegando al Gran Teatre del Liceu de Barcelona en 1924.
La
obra, con libreto del poeta Jaroslav Kvapil, contiene muchos elementos de los
cuentos de hadas. En realidad una rusalka
es una especie de duende que habita en los ríos y lagos. Así, Rusalka es
una ondina o espíritu de las aguas que enamorada de un príncipe adopta la
naturaleza humana lo cual acabará pagando cruelmente, muy en la línea de las
leyendas nórdicas. El príncipe se enamora de ella pero Rusalka es sólo humana en apariencia, y no puede hablar. El
príncipe acaba prefiriendo a una princesa, que resulta ser fría y cruel y lo
rechaza. Ante este panorama, Rusalka decide
regresar a las aguas, pero para conseguirlo debe matar al hombre que la ha
traicionado. Ella se niega y las demás ondinas se compadecen. El príncipe va
tras ella, buscando un último beso, aunque le cueste la vida. Se besan y muere
en sus brazos.
La
versión representada estos días en el Liceu presenta la puesta en escena de Stefan
Herheim con escenografía de Heike Scheele, en una coproducción con La Monnaie /
De Munt de Bruselas. Vigorosa, luminosa y de clara influencia surrealista, los
argumentos de “La sirenita” de Hans
Christian Andersen, y "La campana sumergida", de Hauptmann, en los
que se basó Kvapil para escribir el libreto, son llevados a un contexto actual,
en el que las salidas masivas de una boca de metro se tornan cortinas tras la
que se oculta una realidad onírica y simbólica, donde las pasiones se desgarran
en asesinato. Profundamente estimulante el trabajo de Stefan Herheim, precedido
por enorme interés en otras ciudades del mundo, donde del gris de la
resignación uno se topa con el azul apasionado y la sangre del choque con la
interesada mediocridad. Excelente.
El
público del Liceu recibió este enfoque con desigual y extremista resolución en su representación del día 22 de diciembre,
del aplauso entusiasta al abucheo en cuanto los responsables de la parte
escénica subieron a las tablas una vez acabado el espectáculo. No fue así con la
dirección musical ni con el elenco de la obra, los cuales recibieron aplausos
más extendidos. Tal dirección fue muy buena por parte de Andrew Davis, elegante
acompañante de la bellísima composición de Dvorák. Sin embargo, los intérpretes
no fueron excepcionales, si bien fue buena la interpretación de Camilla Nylund
en el papel de Rusalka, así como la del tenor Klaus Florian Vogt como príncipe. Lo más brillante fue
el coro de tres ninfas interpretadas por Vanessa Goikoetxea, Young Hee Kim y
especialmente Nona Javakhidze así como el soberbio barítono Marc Canturri en el
papel de sacerdote.
RUSALKA vídeos aquí
Texto de Juan Carlos Romero
Foto cortesía de Gran Teatre del Liceu de Barcelona. © Todos los derechos reservados por Premsa Liceu