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EL LÍMITE COMO PRINCIPIO 


Jeanne Cherhal




En toute amitié tu as relativement envie d’être mon amant pour ce soir…Jeanne Cherhal regresa con su tercer álbum de estudio, Charade (Barclay, 2010), en el que nos propone once canciones con un hilo conductor: una charada en cuatro partes. Se trata de una obra muy personal en el que Jeanne desgrana sus pensamientos pasionales y racionales en lucha continua. De tal lucha, nace un sonido en el que ella toca todos los instrumentos. Si bien canta Mon corps est une cage  lo hace como estímulo pasional. Así, se aisló durante un año en el estudio para crear y grabar. Los límites son un punto de partida, nunca el final.

Es posible que el aislamiento la lleve a magnificar los impulsos pero la sensación es que se trata de una consecuencia de ellos. La necesidad de asimilar lo vivido tan intensamente y poder regresar al ring del deseo para luchar con fuerzas renovadas contra los muros absurdos. Je t’appelle dans la nuit, même au-delà de minuit tu réponds, je te dis “je suis perdue” et tu me guides par les rues et les ponts. Jeanne ironiza sobre las contradicciones entre deseo y compromiso. En toute amitié empieza con aullidos a ritmo firme, la excitación en mitad de la noche arranca un piano enérgico al que van siguiendo el resto de instrumentos. Todo va in crescendo entre geles y suspiros car une amitié comme ça c’est sacré.

Plus rien me fera mal suena más a un deseo que a realidad. Jeanne canta frágil a las heridas sufridas. El piano suena temeroso mientras ella ansía que sous le ciel trop doux plus rien me fera mal. Pero sabe muy bien que nunca será así porque la vida es una partida perdida. Mon corp est une cage nos trae el origen del sufrimiento. La incomunicación por el límite mal entendido. La falta de curiosidad y de ilusión por el juego nos llevan a rechazar lo que no nos responde tal y como queremos. La pasión es una capacidad que pocos tienen y pocos saben reconocer. Las formas son un principio para crear nuevas preguntas sobre el otro y no el lugar donde escondernos. Amarlo es querer descubrirlo abiertos a que él también nos descubra. Mon corp est une cage qui m’empêche de danser avec l’homme que j’aime et moi seule ai la cléf. Y el límite nos determina hasta el silencio.



Reviens-moi, marche dans mes pas con una tonada tremendamente evocadora. Las notas fluyen como el oleaje de un mar caprichoso casi inconsecuente. Se abandona a su único deseo y reclama al posible origen de su aislamiento que regrese. Y nos quedamos frente al mar con los brazos cruzados sin ser conscientes de que cada segundo cuenta.