Páginas


SUMARIO

PORTADA Lissy Laricchia. Creationism

HOM

DAAN. Manhay
Buscando espacios






NAU

Agent Ribbons. Chateau crone
Un jardín cabaret



Olga Chertova. Maternity
Capturar la emoción
Martha Colburn. Myth Labs
Falsas creencias


High Tone. Out back
Sin mirar atrás



Julieta Triangular. La amistad silente
Pedazos de espejo

Claire Welles. Wife machine
Amor de pato


NUA

 José Hierro
Todo para nada







ENVERS

Oleg Dou
Perfección inquietante



Anna Fenina
Belleza interior



Gemma Genazzano. Si me quieres
Una diosa en cada mujer



ESBÓS

Olga Chertova
Maternity



Oleg Dou
Portraits
Lissy Laricchia




Hollace M. Metzger

BUSCANDO ESPACIOS

DAAN




That picture you've been painting doesn't look a thing like you. Daan Stuyven nos alerta en su canción Icon del peligro de construirnos una imagen demasiado alejada de nosotros mismos. Su último álbum de estudio Manhay (PIAS, 2009) contiene este y otros muchos temas de alto reconocimiento en su país, Bélgica, donde DAAN es una figura primordial en la escena musical. Ahora se encuentra defendiendo en directo un repaso acústico de toda su carrera que va más allá de una simple revisión. En efecto, Simple (PIAS, 2010), se trata de una relectura con novedosos arreglos dando a sus ya clásicas canciones una vida nueva pues You were hungry for some learning and all they gave you was retrograding, canta en su Brand new truth. Nada vuelve a ser lo mismo que fue.

Exes abre su Manhay donde exhibe una energía pop con aire de himno a pesar de un texto muy personal. Like a missile that ain't guided I was following my seed, like a horse that hasn't travelled I took hay for upper weed, I got excomunicated cause I couldn’t play the creep. Su vida amorosa convertida en bandera vital a la vez que autocrítica feroz. En las canciones de DAAN el humor negro está a la orden del día de manera que nada es lo que parece, o quizás sí. Aún así, nos encontramos ante un enorme monumento pop que gana puntos en directo y que ya goza de nueva perspectiva en el reciente Simple.



I can't give you all that I want but I can give everything I have, when looking for love in any wrong place just open yourself to simple days, a little affair for who you can care will make you change all your wicked ways. DAAN nos muestra en Your eyes su presente, su nuevo horizonte, mucho más calmado que al recordar su pasado. Pero el peso de su gran éxito en Bélgica también puede ser un mal presagio y así lo canta en Icon con Johnny Cash como claro referente. Una gran canción donde se advierte a sí mismo The guy you know well that's just you and there is nothing you can do just a like a door you can't get thru when there is noone left to fool…Certero.

Bad boy, bad girl adquiere un tono intimista de cierto exorcismo. We're models without roles, we are the curtain just when it folds the party bashing moles. Pero una mayor aunque contradictoria ternura asoma en The great retreiver mirando los errores del pasado y admitiendo que My blood was never cold.

Manhay un álbum que representa un gran paso de calidad en la carrera de este ecléctico artista y más aún complementado con el reciente Simple grabado con la importante colaboración de Isolde Lasoen al frente de diversos instrumentos como el vibráfono, la batería, percusiones, trompeta y otros muchos, además de aportar su voz repleta de matices. En directo, DAAN y su banda aumentan el encanto de un repertorio que, una vez descubierto, ya no te abandona.




Texto de Juan Carlos Romero
Fotos cortesía de Daan Music

UN JARDÍN CABARET

Agent Ribbons



You know I don’t need anything right now ‘cause I’m alright, I’m alright, I’m alright. Don’t give anything but your love. Así, con un sonido de guitarras gruesas y contundentes, Agent Ribbons arrancan su disco Chateau crone (Antenna Farm Records, 2010). Y uno se siente también muy bien escuchándolas en directo gracias a la energía y frescura que transmiten.

Agent Ribbons empezó en 2006 siendo un dúo formado por Natalie Gordon (voz y guitarra) y Lauren Hess (batería y acordeón), al cual un año más tarde se añadió Naomi Cherie (violín y chelo). Son de Sacramento, Estados Unidos, y desde el principio llamaron la atención del público y los medios. Las giras llegaron rápidamente y su estilo fue definiéndose en torno a la particular voz de Natalie y una música de marcado carácter psicodélico y circense que pronto ha conectado con la tradición europea del cabaret. Sus directos son enérgicos y teatrales, todo un festín para los sentidos. Su primer álbum, On time travel and romance (2009), es una maravilla sonora de hermosos tejidos vocales. Y la segunda entrega que pude disfrutar en directo, Chateau crone (2010), va mucho más allá.


Después de la psicodélica I’m alright, en Grey gardens la guitarra sigue subrayando la línea melódica acompañada por los arpegios del violín. Tal paseo por jardines grises te traslada a un imaginario muy peculiar. Dada girlfriend nos lleva a una calma preciosista, una de las más hermosas canciones de amor que jamás he escuchado con una sonoridad de los años cincuenta bañadas en un surrealismo lírico que nos muestra el amor como un terreno de descubrimiento inagotable.

Born to sing sad songs representa otro momento destacable del disco en cuanto a declaración de principios. Musicalmente es muy sencilla pero en directo gana fuerza gracias a su carácter teatral. Encantadora la voz de Natalie cogiéndonos de la mano en un mundo gris que parece vislumbrar el arcoíris en el horizonte. Y más personal es el canto a la masturbación Your hands, my hands jugando placenteramente las unas con las otras y los otros con los otros y viceversa o todo lo contrario pero nunca en contra. Los violines juguetones, la voz saltarina y la guitarra distorsionada nos invitan al juego del sexo como vía de exploración personal y del otro, el germen de la pasión, el motor de la vida.

Wallpaper es una maravilla de tono épico. Su sonido adquiere mayor dramatismo sin perder de vista que siempre hay luz más allá y en nosotros mismos. Una de mis favoritas de una banda que intuyo nos traerán muchas sorpresas pues cada una de sus actuaciones es una nueva creación en sí misma. You’ll never know, cantan y mi mente vuela hacia lo desconocido, un castillo en el aire con los pies en el suelo de la pasión, la única realidad vital posible.






Texto de Juan Carlos Romero
Foto 1 cortesía de Antenna Farm Records
Foto 2 cortesía de Festival de Cine de Gijón

CAPTURAR LA EMOCIÓN

Olga Chertova



Olga Chertova es ya una destacable fotógrafa que recientemente ha sido premiada en la Epson Photo Competition rusa del año pasado. Su experiencia artística se ha desarrollado en varios campos. Ha trabajado como actriz de teatro, diseñadora gráfica, diseñadora de páginas web, fotógrafa de moda y comisaria de diversos proyectos artísticos, además de compartir su conocimiento en cursos de grafismo. Ahora su actividad se centra en la creación artística plástica y fotográfica y participa en diversas exposiciones. En esta ocasión nos presenta su serie de fotografías Maternity donde trata de capturar la emoción masculina en la hipótesis de que los hombres experimentaran el proceso de un embarazo.

La paradoja es ya de inicio interesante. Uno podría pensar que si el hombre pudiera experimentar el embarazo, entonces su cuerpo estaría adaptado a tal circunstancia y, por tanto, sería una mujer, por lo que tal pregunta no llevaría a ningún sitio. Pero resulta fascinante esa pregunta observando las fotografías de Olga Chertova, donde predomina un blanco y negro que aporta un aire íntimo, casi de recogimiento.

Es interesante la imagen de un hombre profundamente femenina. Hysterics es la primera de la serie donde se muestra la reacción del hombre al conocer la noticia de su embarazo. “He doesn't know what to do with that...Maybe it's a reason to change his life. Pregnancy is metaphoric. It may be a new way, new experience, new changes of his life and he is afraid of them.” Y ante lo desconocido todo se tambalea.

Y las reacciones se suceden, desde el llanto al dolor. Crying y Eater son rotundas, desesperadas por saber que él está solo ante todo y ante todos. Cuando el color aparece lo hace de manera sutil, tan sólo para mostrarnos el tono de su cuerpo, crudo y angustiado.

After knowing that a person have a spectrum of  different emotions - tears and being nervous (title Crying), anger to himself and to that situation (title Eater). In Russian we call it "self-eating", but I don't know is it good word in English... After anger that man tries to calm himself (title Self sedation) and he believes in a good future (title Hope) finally we saw a last photograph- a pregnant man thinking about his baby (title Maternity)”. Realmente sobrecoge porque pone en cuestión los roles y nos enfrenta al hecho de que la existencia consciente es tan sólo individual y así lo son las experiencias, vividas siempre en soledad por mucho que tratemos de escudarnos en compañías y esquemas establecidos. La fotografía de Olga Chertova nos invita al descubrirnos más allá de lo convencional.



Texto de Juan Carlos Romero
Foto de Olga Chertova
FALSAS CREENCIAS

Martha Colburn





Descubrirla en L’Alternativa Festival de Cinema Independent de Barcelona 2010 fue un verdadero estímulo para los amantes del cine. Martha Colburn fue entonces premiada exaequo como mejor cortometraje por su fascinante Triumph of the wild (2008), intenso collage de animación sobre la historia norteamericana enmarcando al hombre en un paisaje repleto de fieras depredadoras dibujando la contradicción entre presa y cazador, civilizado y salvaje, horror e idealismo, todo como caras de una misma realidad.

Martha Colburn nació en Gettysburg y emprendió estudios en el College of Art de Baltimore para luego ampliarlos en el Rijksakademie de Amsterdam. Desde entonces ha explorado las posibilidades de la filmación en 8 y 16 mm jugando con material ya editado para recrearlo y complementarlo a golpe de collages de gran fuerza estética y denso contenido creando unas películas de trepidante ritmo y aire artesanal.

Myth labs (2008) fue presentada en el mismo festival en su edición del 2009. “This is a film about fear, paranoia, faith and loss of faith and salvation. ‘Myth labs’ takes place in the American frontier and wilderness. Similarly to Meth addicts in rural America, for the Puritans the wilderness represented a place of their damnation and their ultimate resurrection synonymously. Through blending these two times in American history, I attempt to illuminate the idea that the lure of this drug for contemporary rural inhabitants is rooted in our earliest consciousness-forming experiences as settlers in a state of spiritual and physical emergency. Overly fervent faith and addiction alike, can change one from mere mortal to Superman to scarecrow. Just as a ‘wolf in sheeps clothing’ these two vices (or devices) of salvation can have devastating consequences.” La religión como esa piel de cordero que esconde el lobo que todos llevamos dentro, la fe como excusa para la destrucción del otro, la búsqueda del poder imponiendo supersticiones y dogmas como norma de control.


Visualmente su trabajo siempre es rico en colores y texturas. Su trabajo manual enriquece la propuesta porque hace que no la sintamos tan meramente artificiosa como ocurre con la animación digital que impera en el mercado, siempre en búsqueda de una perfección que nos la hace excesivamente fría. En las películas de Martha Colburn se percibe el latir de su pulso creativo y una convulsa alma llena de preguntas que emergen en los ritmos frenéticos y las músicas que ejercen de bandas sonoras. En su trabajo el arte respira, tiembla, duda, vive.




Texto de Juan Carlos Romero
Video y fotogramas de Martha Colburn
SIN MIRAR ATRÁS

High tone



El tiempo pasa inexorable y con él la mayoría de ritmos que nos llegan de la inagotable red. Muchos pasarán desapercibidos de manera injusta y otros, en cambio, tocarán el cielo quizás sin merecerlo. La movida dub parece que llegó para quedarse y vive un momento de gracia en el que surgen y resurgen talentos y blasfemias a diario. En medio de tal tumulto, los franceses High Tone son ya un caballo de largo recorrido y, además, ganador. Su reciente álbum, Out back (Jarring Effects, 2010), nos retrata su ambición en formato doble.
High Tone son una referencia en la escena francesa de tal calibre que podemos escuchar su influencia casi sin pretenderlo. Como muestra de ello, ahí están sus numerosas colaboraciones con colegas de tiempo y espacio. Surgidos en la segunda mitad de los noventa en el abanico de la rica escena dub francesa, compartieron entonces protagonismo junto a ya clásicos como Le Peuple de l’Herbe. Ahora, casi quince años después, no se reafirman, se retan.

Out back viene con la asunción de ser doble cara de una misma moneda, lo cual no es nada fácil. Efectivamente, todo tiene su cruz en esta vida pero difícil resulta encontrársela a un grupo que tiene en el estímulo permanente su puño y letra. ¿Nada nuevo bajo el sol? La ambición no implica calidad, bien es cierto, pero aquí la hay y a raudales.


Este tapiz de oscuridades industriales y electrónicas atrapa casi de manera hipnótica. Se trata, en realidad, de dos álbumes más que de uno doble. Así, más que de Out back debemos hablar de Dub axiom y No border, obras complementarias propias de los firmantes, dub finamente aliñado con los nuevos tiempos dubstep. Un trabajo duro y oscuro.

Spank  nos abre el primer disco, Dub axiom, con una voz de tonada árabe que arremete rápidamente con un sonido de tono y ritmo industrial. Su ritmo subyacente e in crescendo va marcando unos loops vocales entrelazados. Sí, para muchos, ese es el reflejo de los tiempos que corren. Impecables e implacables, de ahí nos llevan a la secuencia colorista aunque gélida que arranca Dirty urban beat, desvanecida casi de inmediato en la oscuridad de un ritmo tétrico, pausado solamente ante ciertos ecos vocales y algún reflejo melódico. Desde tal industria metalúrgica inicial, caemos en la era electrónica curiosamente bajo el título Dub what, quizás por los silbidos que se oyen intermitentemente arropando su primera línea melódica de entidad. Aquí hay, aparentemente, algo de luz reggae, pero pronto se descubre una sensación de bucle casi lisérgico. Más aletargado en el ritmo es el tema Liqor, aludiendo más claramente a los orígenes reggae del dub. El sol se abre ya paso en los sonidos envolviendo las primeras palabras del álbum arropadas de una recurrente buena melodía. Bañándose de nuevo en alcohol, su dub se manifiesta definitivamente originario en Liqordub, pidiendo feedback enérgico. Su melodía más lograda nos llega con el barroco subsuelo de Rub-a-dub-anthem, melódicamente rítmico.  Fly to the moon nos devuelve a la oscuridad de lo cotidiano y nos dejan listos para el segundo plato con un Boggie dub production donde juegan y recrean con lo mostrado hasta el momento.

Y el segundo plato, No border, llega muy lúgubre. La guitarra que nos sirve su Space Rodeo nos inquieta como una película de Kenneth Anger, mostrándose rápidamente contundentes en el verbo y el ritmo.  La atmósfera se torna onírica con Bastard, pero es un claroscuro maravilloso. Luego, tintes orientales y ritmos acelerados pausándose en el sueño  en el regreso Home way. Y seguimos por su particular ruta de la seda acariciando tejidos sonoros de lo más evocadores. Propal es sencillamente estimulante y nos sirve de antesala desconcertante ante la poderosa Uncontrolable flesh, aunque su referencia carnal se me antoja demasiado lejana a sus sonoridades electrónicas. Claramente, no cuadra, y menos cuando se habla de descontrol desde un cuadro de mandos. Eso sí, es innegable lo sugerente del sonido. Menos estimulante me parece Ollie Bible, sin descartar que tal fuera la intención.  Y llegamos el 7th assault con unos High Tone exultantes, desplegando todos sus encantos. Sencillamente, vigorosos. Al final, nos sirven su Altered states y nos sentimos lejos, muy lejos de una experiencia vital cotidiana que resulta ser lo único que tenemos. Volved con más, por favor.




Texto de Juan Carlos Romero
Fotos cortesía de High Tone
PEDAZOS DE ESPEJO

Julieta Triangular




Amistad silente es el nuevo trabajo de Julieta Triangular como video para la canción El corazón de Andrés del grupo Denver. Define su trabajo como “experimentos cromáticos en pentagramas musicales” pero la realidad es que visualmente va mucho más allá. Sus trabajos son una experiencia en lo más hondo de nuestro ser y nos convierte en el poeta de su reciente cortometraje, buscando nuestra identidad.

¿Cuál es nuestra identidad? ¿Existe realmente? Quizás es algo precipitado pensar que por el hecho de tener consciencia individual también poseemos identidad. Quizás esa búsqueda es estéril o puede que la identidad se vaya construyendo a lo largo de la misma. Como escribió Antonio Machado “caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Y el camino trazado por Julieta Triangular es fascinante, lleno de poesía en cada uno de sus trabajos y de una audacia visual que convierte cada fotograma en un poema por sí solo. Cada color es una pregunta.


Su Amistad silente nació de un poema propio. “Como suele suceder en mis trabajos la idea surge de un poema utilizando  la palabra como base, la imagen se compone  a partir de la pregunta  ¿qué pasará cuando el poeta invada la luna? El poeta de la historia es un ser que ha perdido la inspiración, ya no tiene sobre que escribir, por lo que busca hacerse daño, reventarse la boca intentando alcanzar las estrellas, quiere reconstruir su vida,  su poema”. Y en tal viaje de reconstrucción, Julieta crea universos nuevos complementados con viejos documentales de la NASA sometidos a tratamientos de color.


El poema original nos muestra a un poeta hambriento de creación que invade la luna en busca de inspiración al tiempo que se lastima para buscar su poesía en el sufrimiento. “Caminando sobre calles de espejos que como en Alejandra Pizarnik le permiten ver su reflejo de animal herido, se da cuenta que debe ser más persistente en su cacería y si desea calmar sus ansias de depredador, debe ir por el único ser que falta por ser devorado, su propio corazón”. La autodestrucción como única puerta posible ante la impotencia de ser más allá de uno mismo sin saber quiénes somos.

El proyecto está realizado por Julieta Triangular dentro del Colectivo Ladradores de Ojos junto al Colectivo Lepidópteros y la canción El corazón de Andrés del grupo Denver es el vehículo perfecto para este viaje poético de impotencia en la lucha de la propia imagen cuando ésta, reflejada en el espejo cotidiano, no nos refleja más que una cárcel que somos incapaces de reconocer. Toda una cromática espiritual.





Texto de Juan Carlos Romero
Video y fotogramas de Julieta Triangular
AMOR DE PATO

Claire Welles



Every duck needs an elephant es el título de una de las canciones que integran el álbum Wife Machine (2010) de Claire Welles. Tan sólo por el título ya contó desde el principio con mi absoluta devoción pero debo decir que ésta se incrementó hasta lo impensable cuando la escuché de cabo a rabo. Y quería más, mucho más, acabando por descubrir un disco fascinante, de aquellos que dejan en el más irremediable ridículo a los apóstoles del no hay nuevo bajo el sol. Wife Machine es toda una expansión de los sentidos.

El disco se abre con Milk teeth con un teclado saltarín y una melodía irresistible mientras expresa I don’t know what is happening to me. Yo en cambio sé que me invade la admiración por esta compositora de Liverpool que hace de cada nota un mundo nuevo repleto de honestidad interior. Rápidamente un rock al más puro estilo Carl Perkins nos impide relajarnos. Se trata de Bicycle Shed  y el cuerpo se pone a bailar hasta que ella nos susurra un Thank you!



Cierta anarquía llega con Lost moments, una maravilla que nos lleva a la mejor psicodelia o a los primeros trabajos de Frank Zappa & The Mothers of Invention. El ritmo y melodías repetitivos al piano acompañan la voz de Claire en un viaje que recuerda momentos perdidos y que acaba perdiéndose en el agujero negro del caos sonoro. Pero llegamos a Christmas lights con un sonido muy alejado de su habitual brillo. Guitarras densas y baterías en eco con momentos a ritmo de vals mientras ella grita I don’t play the game.

Las olas del mar nos susurran que Every duck needs an elephant, una verdad como un templo. La instrumentación minimalista y bizarra es una delicia a modo de viaje acompañando el susurro de Claire entre patos y elefantes desnudando nuestra ridícula cotidianidad. Y el aporreo de las cuerdas de la guitarra nos llevan Walking home en un canto agridulce pues el hogar, dulce hogar no es más que una trampa a veces sin remedio.

Cuando se nos aparece en el paisaje una Alpine cow el sonido es más irónicamente dulce. Sonido acústico que contrasta con temas hablados como Delicate tension tan sólo acompañando su voz con el ruido ambiental de un bar mientras se lamenta de estar en a pretty home place where anyone wants to see my face.


Wife machine es un una pieza instrumental que casi recuerda el ruido de una lavadora dando título a un álbum que demuestra la fuerza creativa de Claire Welles, un espejo donde pocos querrían mirarse por miedo a toda la verdad que contiene. Todo un descubrimiento para sonrisa de mentes abiertas.




Texto de Juan Carlos Romero
Fotos cortesía de Claire Welles

JOSÉ HIERRO

Todo para nada





“Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.”

Vida era el cierre de su poemario Cuaderno de Nueva York (1998) y el hermoso dolor de quien llegando al final de sus días se enfrenta a la única verdad de nuestra existencia: el todo y la nada como dos caras de una misma moneda. El irremediable empuje del paso del tiempo nos lleva a chocar secamente contra el muro de nuestro propio engaño, pretender que somos algo más que meras expresiones de una vida que fluye en nuestro interior sin nosotros.

Nació en Madrid en 1922 pero su familia rápidamente se trasladó a Cantabria cuando apenas contaba con dos años de edad. Allí estudio una carrera técnica interrumpida por la Guerra Civil española que estalló en 1936. Sus primeros versos ya circularon entonces por el bando republicano en contra del fascismo, lo cual lo llevó a la cárcel una vez acabada la guerra con la llegada al poder del general Franco. Se le acusó de pertenencia a una organización de ayuda a presos políticos, entre los cuales estaba su padre.

Unos años en prisión dotaron sus primeras obras de una madurez impropia de autores tan jóvenes. Publicó simultáneamente Tierra sin nosotros y Alegría (1947). “Llegué por el dolor a la alegría. Supe por el dolor que el alma existe. Por el dolor, allá en mi reino triste,un misterioso sol amanecía”. Los años de guerra que le llevaron a la clandestinidad y luego a la cárcel marcan un espíritu aún así profundamente vitalista. Sus versos cargados de intensidad en una lírica minimalista y clara merecieron el Premio Adonáis en 1947.

Tras ello, las obras y el reconocimiento se sucedieron. Tras sus inicios en Valencia y colaboraciones como crítico pictórico en radio y prensa escrita, se traslada definitivamente a Madrid. Vuelve a su poesía con Con las piedras, con el viento (1950) y Quinta del 42 (1953), donde sus versos adquieren un aire de mayor crítica social pero sin las ataduras del realismo imperante en la literatura española de entonces, donde el tono gris no enfrentaba la violenta negritud que sostenía un régimen asesino. Así pues, el realismo dominante era un retrato siempre obligadamente sutil. Hierro iba por otros caminos y dibujó trazados propios y de una fortaleza tal como la de su rostro, duro pero lleno de ternura.

Así, su poesía fue recorriendo versos asomados a alucinaciones fruto de la búsqueda de sí mismo, de aquel joven que vivió la guerra y lo pagó con la cárcel por lo que vio en la belleza de la vida su símbolo de libertad, todo y nada a la vez. Cuanto sé de mí (1957) es clara esencia de esta existencia, evocadora, tierna y responsable. La felicidad como objetivo es propia de aquellos que no saben reconocerla como capacidad de unos pocos, aquellos para quienes lo efímero, lo cruel, lo violento, son caras mismas de la belleza, la felicidad, la eternidad.

Y tal recorrido acabó donde empezó, en Madrid en diciembre de 2002, dejando huérfanos a los que una vez encontramos abrigo en su Cuaderno de Nueva York (1998) y en una vida donde todo era nada más que un eco que nacía en nosotros mismos.


Texto de Juan Carlos Romero
Poemas de José Hierro
Foto de Alberto Schommer por cortesía del Museo de Bellas Artes de Bilbao