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UM OH E UM AH

Tom Zé




Descubrí el mundo de Tom Zé gracias a mi afición a The Talking Heads. Sí, es una de esas cadenas de la vida que tanto me fascinan y en cuyo recuerdo disfruto recreándome. Por ejemplo, Paul McCartney me llevó a descubrir a The Beatles (aunque parezca que debería ser al revés), pero además a Elvis Costello, Carl Davis, Freelance Hellraiser,Youth o Super Furry Animals. A su vez, Elvis Costello me llevó a fascinarme con Tom Waits y con él a maravillarme con el cine de Jim Jarmusch. Desde él, un Dead Man me enamoró de la música de Neil Young. El grupo Radio Futura me descubrió a Caetano Veloso y Compay Segundo, abriéndome todo el inmenso universo de las músicas brasileña y cubana, casi sin límites. De ahí llegaría a Vinicius de Moraes y Antonio Carlos Jobim y de ellos a Joao Gilberto quien junto a Stan Getz iluminaron los sesenta con su chica de Ipanema. Con Stan Getz, llegó el jazz a mi vida, con el que todavía bailo.

David Byrne, cabeza visible de The Talking Heads, creó a finales de los años ochenta la discográfica Luaka Bop y redescubrió a Tom Zé para todo el mundo a través de dos volúmenes recopilatorios. Yo llegué a ellos mucho más tarde, en la época en la que un baobab en forma de programa musical creció hasta la muerte definitiva en medio del oasis televisivo del Canal 33 de la televisión pública catalana. Sí, el programa se llamaba Baobab, origen también de muchas de las mencionadas cadenas que tanto me gustan. Allí descubrí a Frank Zappa y también descubrí a Tom Zé. Por eso busqué sus discos y topé con el recopilatorio lanzado por David Byrne tiempo atrás. Lo vi, lo compré y lo disfruté. Y por muchos años.



Tom Zé nació en 1936 en Irará de Bahía en Brasil en el seno de una familia acomodada. A finales de los sesenta sería figura protagonista de la renovación de la música brasileña con el movimiento Tropicalista. El tropicalismo llegó a nosotros cual ave mesiánica con ánimos redentores. Eran los años setenta, o finales de los sesenta, cuando la música brasileña resurgió de sus poderosas cenizas, pues la bossanova emergió pocos años antes llegando a copar cimas de ventas por encima de The Beatles con aquella chica de Ipanema llena de gracia acariciada al saxo por Stan Getz y a la voz por Joao Gilberto. Sí, aún así, tenían mucho más por crear y llegó la psicodelia de Os Mutantes y luego el Tropicalismo con alardes tales como Caetano Veloso, Gilberto Gil y quien nos ocupa, el más excéntrico de todos, Tom Zé.

Su obra es prolífica, muy experimental y cargada de un enorme sentido del humor. Pasó sin pena ni gloria los años ochenta, pero en la actualidad, con 74 años, está más creativo que nunca, todo un UHM HÉ.






Texto de Juan Carlos Romero
Fotos de Decio Matos Jr. cortesía de Onda Max Films