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ÁRBOLES LUMINOSOS

Smoke Fairies



El Festival Primavera Club 2010 abría de nuevo sus brazos a la simultánea celebración en Barcelona y Madrid. De entre su variada y extensa oferta, la presencia de las inglesas Smoke Fairies ha sido una de las más deseadas y posteriormente ampliamente satisfactorias experiencias de las muchas vividas en tal semana de ajetreo musical.
Tras un EP de debut, Frozen heart (Music For Heroes Records, 2009), ya fuertemente acogido, ahora presentan su primer álbum Through low light and trees (Music For Heroes Records, 2010).

La Sala Apolo empezó algo fría en cuanto asistencia y recepción, pero fue evidente a lo largo del concierto que fue más por la apretada agenda del festival que por falta de interés. A la tercera canción la sala ya estaba llena y el calor despertado por las dos jóvenes cantautoras era un hecho. Sus voces parecían venir de parajes muy remotos con un eco escalofriante que espeluznaba a la vez que te acogía. Un sensación dual pocas veces experimentada. Y así es su luz tenue bajo los árboles, un lugar donde el diablo danza por el placer de la vida.


Katherine Blamire y Jessica Davies han contado con unas colaboraciones estelares desde el principio para la grabación de su EP. Batería a cargo de Andy Newmark, experimentado al lado de John Lennon y David Bowie, y contrabajo por parte de Al Mobbs, colaborador de Gorillaz y muchos otros. Todo como consecuencia de contar en la producción para el primer tema con David Coulter, prestigioso por sus trabajos con Tom Waits y Nick Cave. El resto, producido por Leo Abrahams, admirado por sus trabajos junto a Brian Eno y David Byrne y Jarvis Cocker. Si a ello unimos la calidad de unas composiciones al borde del otro mundo,  y unas voces y guitarras electroacústicas que dibujan pasajes de no retorno, el plato excede la exquisitez.

Ahora su álbum continua este áurea crepuscular. Viene teñido de tenues atmósferas y cortantes sonidos, aún invitándonos a danzar con la muerte como en la escena final de Det sjunde inseglet (1957) de Bergman.  Hay canciones que han estado siempre entre nosotros y suenan a repetición pero otras  como Erie Lackawanna, Storm Song o Summer Fades están a la cabeza de una propuesta que incita a mirar al otro lado y a pensar que cada instante es eterno. Los tambores suenan porque tengo un Devil in my mind.

 



Texto de Juan Carlos Romero
Fotos cortesía de Primavera Sound